La forma proyectual con la que nos aproximamos al inicio del proceso de esta ampliación de un edificio cultural relevante, como es el del objeto del concurso, ha sido la de imaginar cómo se podría crear una pieza que, a modo de zócalo (de 120 m de largo, 81 m de ancho y 7,35 m de altura), envuelva al edificio y genere una serie de espacios de transición entre lo exterior e interior, formando una secuencia de ámbitos atractivos espacialmente organizados en torno a un sistema de atrios. A modo de referencias culturales, recordamos el caso excepcional de la Mezquita de Córdoba como zócalo de la basílica y su integración con el Patio de Los Naranjos y también la Alhambra de Granada con la sucesión de espacios públicos que conforman sus diferentes patios.